La conversión de Abraham
Cierto día, puliendo yo los ídolos de mi padre Teraj y los de mi hermano Najor, me pregunté cuál de ellos era en verdad un dios poderoso.
Yo, Abraham, en el momento de ejercer mi oficio, cuando terminé los servicios de culto de mi padre Teraj a sus dioses de madera y piedra, de oro y de plata, de bronce y de hierro, habiendo entrado en su templo para el servicio, encontré que el ídolo de piedra llamado Marumar, había caído bocabajo a los pies del ídolo de hierro Nacón. Y sucedió que, cuando lo vi, se turbó mi corazón. Meditaba en mi espíritu lugar, dado que era una gran mole de piedra. Fui a avisar a mi padre, entró conmigo y a duras penas lo levantamos para restituirlo a su lugar. Y a pesar de que lo sujetaba por la cabeza, esta se le cayó […]